Como nos ha pasado a todos los que nos metemos en esto de publicar, esperamos que las personas sean receptivas y nos retroalimenten, porque si. Es una expectativa en la que se compite por atención y tiempo de las personas, lo mismo que hacen las redes sociales en general y es una competencia muy fuerte y difícil. La audiencia que he logrado es menor de lo que imaginé, pero aun asi considero respetable que alguien quiera leer lo que uno escribe, aunque el ejercicio sea mas para procesar este momento difícil y al compartir opiniones y percepciones e idealmente se genere un dialogo, asi sea interno.
Como reflexionaba en alguno de los escritos anteriores, se trata de aprender de esta experiencia traumática por la que estamos pasando y con el Blog también he tenido aprendizajes interesantes:
Aprendí cómo crear una página web. Lo simple y poderosas que son las herramientas, el hecho que sean gratis y estén disponibles a cualquiera, eso me sorprende muchísimo. Cualquier persona puede crear una página. Lo que es muy difícil es construir una audiencia, y mucho más de lo que me imaginaba.
Aprendí la potencia de multiplicación de Instagram y la evolución del uso de las redes sociales, que para mí se resumía a FB, pero que ahora entiendo le gana por mucho IG. A su vez entendí la superficialidad que IG tiene en la entrega de información. Si el mensaje es más largo de tres segundos se pierde. IG es como la carnada, si esa carnada no logra sacar al usuario de su dinámica voyerista y lo pone a pensar en algo profundo que lo motive a ir a un contenido más sustancioso, ese impacto multiplicador se diluye.
Entendí la potencia de los influenciadores, y aunque con los que cuento son modestos, sin ellos no tendría casi audiencia alguna.
Si bien el Blog no se ha masificado, ha ocurrido algo que no pensé fuera posible y ha sido generar reflexiones muy profundas algunos pocos lectores, los que se han atrevido a compartir en público y en privado sus reflexiones, sus aprendizajes de esta situación tan compleja y de la cual no podemos escapar. Ni siquiera los que se consideran a sí mismos súper poderosos, para la muestra la noticia de anoche con la contaminación del presidente de Estados Unidos.
Creo que para todos éste ha sido un periodo de grandes reflexiones, de cuestionarnos la manera como hemos venido viviendo, en lo que llamo yo aunque no original mío, la rueda del hámster, que efectivamente se mueve y se mueve, pero no va a ningún lado. Trabajar para tener, tener para mostrar, tener para pagar mantenimientos, cuotas, préstamos, que implican trabajar más para ganar más, para pagar más. ¿Y que queda? Ese ha sido el tema central de las reflexiones, empezando por las mias.
La carrera del hámster que ha sido mi “carrera” también ha sido un motivador para iniciar este Blog, en esa carrera logré algún reconocimiento profesional ayudando a materializar proyectos de variada importancia; desde simples e inútiles hasta complejos y de gran repercusión económica, para al fin del ejercicio ser desechado por el sistema. El blog pretende, y me propongo mantenerlo por algún tiempo, aportar reflexiones desde el aprendizaje que he tenido que espero al compartir y poder aportar, si no soluciones, por lo menos reflexiones que a mis lectores les pueda generar bienestar y evitar desilusiones, al poner sus expectativas en ideales falsos o logros sin trascendencia.
Otra gran reflexión de esta situación es el impacto ambiental de nuestro quehacer, pero aún más de nuestra adicción por el consumo: de todo. Consumo de energía, consumo de cachivaches, consumo de modas, consumo de distracciones, lo que precisamente hace que la atención en redes sea de semejante superficialidad.
Espero continuar haciendo de esta página un sitio de reflexión y crecimiento idealmente de una comunidad con la participación de todos, con los comentarios recibidos, y si se animan a escribirlo, con la participación de aquellos que lo quieran hacer. Al menos será un sitio de desahogo de tanta angustia que nos ha generado este cambio obligado que hemos llamado pandemia, pero que de alguna manera es la materialización de los efectos del cambio climático que ya muestra consecuencias no previstas.
¡Aquí estoy, y aquí seguiré!